Crear una atmósfera propicia para conciliar el suelo y mantenerlo es una parte clave para conseguir un descanso de calidad noche tras noche. Esta atmósfera no solo implica el diseño visual o una configuración que sea práctica, también incluye otros factores como la iluminación, el sonido o el aire. Aunque hoy nos concentraremos en el diseño, puedes descubrir más acerca de estos últimos factores aquí.
Te contamos qué debes tener en cuenta en cada uno de ellos para lograr hacer de tu habitación tu refugio de calma y descanso.
El diseño interior.
El diseño de interiores es un concepto muy amplio, pero sin lugar a dudas uno de sus componentes fundamentales es establecer el aspecto y la sensación de tu hogar. Para tu habitación, puedes desarrollar un diseño interior que no solo refleje tu estilo personal, sino que también fomente una sensación de calma que favorezca el sueño.
Usa colores cálidos y atractivos.
Las paredes, el piso, los muebles y la ropa de cama forman parte de una combinación de colores que tienes a disposición para diseñar tu habitación. Como es importante sentirte a gusto a la hora de dormir, lo ideal es elegir los colores que más te atraigan, pero te recomendamos que sean suaves y cálidos, ya que estas tonalidades propician la relajación, indispensable para obtener un mejor descanso.
No es necesario que estos colores estén presentes en las paredes, puedes lograr grandes resultados a través de cuadros, alfombras o cojines decorativos.
Una distribución útil y práctica.
Independientemente de los metros cuadrados con los que cuentes, es importante evitar una sensación de estrechez. Empieza por elegir un tamaño de colchón adecuado, que se adapte sin problema al tamaño de tu habitación, sin que quede demasiado ajustado.
Si tu habitación es pequeña, puedes optar por una cama con almacenamiento para sacarle el máximo partido, liberando espacio que puedes usar para muebles prácticos como un escritorio, una mesa de noche o simplemente para lograr una mayor sensación de orden y amplitud.
Mientras diseñas tu habitación, procura que cada acción que realices en ella no suponga una frustración. Por ejemplo, organizar los cajones hará que ahorres tiempo en las mañanas, y tener un camino despejado de tu cama al baño puede eliminar el peligro de tropezar si tienes que ir en las noches. Piensa en esos pequeños detalles para diseñar una habitación libre de estrés.
No es necesario que estos colores estén presentes en las paredes, puedes lograr grandes resultados a través de cuadros, alfombras o cojines decorativos.
Reduce el desorden.
El desorden visual puede generar estrés, que es un obstáculo muy común para una buena calidad de sueño. Un espacio desordenado puede reforzar la sensación de tener demasiados “cabos sueltos”, generando sentimientos de ansiedad que pueden dificultar la relajación de tu mente cuando quieras conciliar el sueño.
Aunque no es necesario que te pongas en modo Marie Kondo, si vale la pena que revises qué objetos no necesitas realmente y dediques unos minutos al día para recoger el desorden y que este no se acumule ni te resulte abrumador, siempre que te sea posible.
Tip: No es necesario que organices todo el mismo día. Si este proceso te resulta estresante, puedes empezar, incluso, por organizar un cajón por semana. Pasa al siguiente cuando te sientas mejor.
Una sensación de hogar.
No hay nada como el hogar. Por eso, tu habitación debe ser acogedora, un santuario donde relajarte y sentir seguridad. La mejor manera de cultivar esta sensación es muy personal, quizás la sientas a través de fotos de amigos y familiares, objetos que te recuerden grandes momentos, o incluso con el arte.
Así que tomate un tiempo para pensar en esos detalles significativos para ti que te hacen saber que estás en tu hogar, y hazles un espacio en tu decoración.
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