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Luz y sombra

Hogares Saludables: Tu habitación.


Tal vez no te sorprenda saber que la persona promedio pasa alrededor del 90% del tiempo en espacios interiores. En nuestra primera entrega te contamos que puedes pasar un 65% de tu vida dentro de tu casa. Pero tenemos un dato más, un tercio de tu tiempo lo pasas en un solo lugar: tu habitación.


Piensa en todo lo que abarca llevar una vida saludable: buenos hábitos alimenticios, hacer ejercicio, entre otros. Pero, ¿te has puesto a pensar en ese lugar donde pasas ese tercio de tu vida? Más allá de una cama cómoda, hay muchos factores ambientales que pueden impactar qué tan bien duermes, y esto por supuesto repercute en tu salud.



Descubre hoy 5 tips de expertos para hacer de tu habitación un refugio saludable.




1. Entrena tu cerebro.

Tener un espacio dedicado al sueño, y sólo al sueño, es una fuerte señal para indicarle a nuestro ritmo circadiano que se prepare para el inicio del sueño.

Lo ideal es convertir tu habitación en una zona de relajación, no de estimulación. Esto significa eliminar las cosas que activan tu cerebro, como ver televisión o tu celular. Tampoco es ideal trabajar desde tu habitación. Así que guarda los aparatos electrónicos y entrena tu cerebro para que sepa que esta habitación es para dormir y relajarse.



2. Apaga las luces.

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Así como la luz es buena para despertarnos en las mañanas, un ambiente luminoso por la noche puede ser contraproducente y alterar nuestros relojes naturales, manteniéndonos despiertos. Esta luz no proviene solamente de bombillos, los aparatos electrónicos también emiten un tipo de luz conocida como “luz azul”, que estimula el cerebro impidiendo generar el ambiente ideal para el descanso.


Por eso, te recomendamos usar cortinas o persianas que general un ambiente oscuro en tu habitación y bloqueen la luz, así como bombillos inteligentes que atenúen la intensidad de la luz generando tonos cálidos, y que en la noche, si debes usar tu celular, cambies su iluminación a modo nocturno, que limita la cantidad de luz azul reemplazándola por una más cálida.



3. Trata el aire.

Al día respiramos unos 11.000 litros de aire, de los cuales un tercio proviene de tu habitación. Por eso es muy importante que cuides la calidad del aire que se encuentra allí.


Considera la posibilidad de añadir humidificadores o purificadores de aire para capturar partículas de polvo y alergénos, particularmente sí vives cerca a una carretera o calle con alto tráfico, o en una zona con alta contaminación exterior.


Una mayor exposición a estas partículas tóxicas en la noche, puede reducir la saturación de oxígeno en la sangre y aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Cuando la calidad de aire exterior sea especialmente mala considera mantener las ventanas cerradas, mientras que en las temporadas frías y secas considera usar un humidificador.


Al día respiramos unos 11.000 litros de aire, de los cuales un tercio proviene de tu habitación. Por eso es muy importante que cuides la calidad del aire que se encuentra allí.


4. Mantenerte fresco por la noche.

Controlar la temperatura de la habitación y mantenerla fresca durante la noche ayudará a mejorar la calidad de tu sueño. Las interrupciones de sueño debidas a temperaturas muy altas o muy bajas están relacionadas con eventuales problemas de salud mental, perdida de productividad y disminución de función cognitiva.



Una temperatura demasiado alta provocará que tu cuerpo comience a sudar para compensar, mientras que una temperatura demasiado baja agitará las células para generar calor, impidiendo que tengas una buena noche de descanso. La temperatura ideal para dormir es entre 18ºC - 21ºC. Procura siempre mantenerte en este rango.




5. Bloquea el ruido.

Los ruidos intermitentes son uno de los principales perturbadores del sueño. Puede que no lo notes, pero tu cerebro reacciona a los estímulos acústicos de tu entorno mientras duermes, afectando la continuidad y calidad de sueño. Esto es principalmente problemático si vives cerca a avenidas, o lugares con mucho tráfico.

Puedes escuchar música relajante, usar tapones para los oídos o instalar ventanas acústicas que reduzcan la cantidad de ruido exterior que ingresa a tu habitación para disfrutar de una restauradora noche de descanso.



 

©Harvard T.H. Chan. School of Public Health



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